A los 50 volví a tener el físico de los 20
Cada vez que me pongo mis jeans favoritos, no puedo evitar sorprenderme.
Hola y bienvenido. Mi nombre es Juan. Primero que nada, quiero agradecerte por leerme. Espero que mis palabras te sean de ayuda y que puedas encontrar en ellas lecciones valiosas y consejos útiles. Me esforzaré al máximo para que recibas un artículo por semana, con el objetivo de mantenerte informado y motivado en tu propio camino hacia un estilo de vida más saludable.
Hoy en día, cada vez que me pongo mis jeans favoritos, no puedo evitar sorprenderme. ¿Por qué? Porque he vuelto a usar la misma talla que cuando tenía 20 años. Hasta hace un par de años, usaba una talla 36 de pantalón y ahora, la talla que uso es 30. ¡He bajado seis tallas! ¡A los 50 volví a tener el físico que tenía a los 20! No solo yo me sorprendo cada vez que veo este cambio, sino también aquellos que me conocían cuando llevaba conmigo 15 kg en exceso de grasa abdominal y visceral. Recuerdo que un amigo, al que no había visto durante algunos años, me saludó con una broma que, a pesar de ser dicha en tono jocoso, tenía un trasfondo serio: “estás acabado, ¿qué te pasó?”.
Quizá te suena familiar esta situación, especialmente si eres un hombre o mujer que ha cruzado el umbral de los 35 años de edad. Además, es importante mencionar que este umbral de edad se va reduciendo cada vez más, ya que hoy en día es frecuente ver a jóvenes en sus 20 e incluso a adolescentes y niños con problemas de sobrepeso y obesidad.
Siempre me he considerado una persona que valora mucho su aspecto físico, aunque reconozco que lo descuidé durante mucho tiempo desde que me casé. Te confieso que fue más por comodidad y pereza que por falta de tiempo. Uno de mis objetivos en relación a mi apariencia física y mi estado de salud, era no convertirme en un "viejo" panzón. ¡Pero me convertí en uno! La llamada "panza cervecera" se convirtió en la norma para muchas personas, especialmente hombres (las mujeres acumulan grasa en otras zonas del cuerpo), una vez que comienzan a envejecer, dejan de hacer deporte, viven una vida llena de estrés y preocupaciones y descuidan su alimentación. Aunque se vea como algo "normal", estoy convencido de que no debería serlo.
Cada vez que me pongo mis jeans favoritos, no puedo evitar sorprenderme. ¿Por qué? Porque he vuelto a usar la misma talla que cuando tenía 20 años.
Más allá de la apariencia física que, desde mi perspectiva, es importante porque te brinda seguridad y autoestima (¿a quién no le gusta levantar las miradas?), mi estado de salud empezó a ser una preocupación para mí cuando los estragos causados por mis malos hábitos se hicieron evidentes: sobrepeso, problemas de sueño, fatiga, dolor corporal, lesiones, irritación en la piel, alergias. Esta preocupación iba y venía porque cada vez que decidía tomar las riendas del asunto, mi constancia en los buenos hábitos flaqueaba a los pocos meses. Y esta situación se repetía constantemente, creando un círculo vicioso que parecía no tener fin.
Para empeorar las cosas, llegó el encierro debido a la pandemia de la COVID-19. La cocina, siendo una de mis pasiones, se convirtió en mi principal actividad durante los tres meses de encierro. Como no podía salir de casa más que para comprar víveres, me dediqué a cocinar y a comer. Mi esposa hasta hoy recuerda el delicioso pan turco hecho con masa madre que preparaba casi a diario. Como era de esperar, empecé a subir de peso consistentemente, llegando a los 85 kg en pocos meses. Aunque podrías pensar que no era para alarmarse, no es saludable pesar 85 kg cuando tu estatura es de 1,73 m.
Una vez que el encierro terminó, mi esposa y yo decidimos hacer un esfuerzo por aprender y adoptar nuevos hábitos que nos permitieran mejorar nuestra apariencia física y nuestra salud en general. Empezamos a investigar en diferentes fuentes, libros, Internet, seminarios web, redes sociales, sobre temas variados: nutrición, fisiología, bioquímica, epigenética, botánica, antropología, microbiología, biohacking, neurociencias, onirología (aunque suene a algo distinto, es el estudio del sueño). Nos dimos cuenta de que todos estos temas están interconectados y definen, junto con la genética, el estado de salud de una persona. Comenzamos a aplicar y experimentar por cuenta propia las nuevas cosas que íbamos aprendiendo, y fue sumamente alentador empezar a ver buenos resultados a las pocas semanas.
Hoy, me complace compartir contigo que hemos descubierto un método muy sencillo para bajar de peso y mejorar la apariencia física y la salud en general. Sin dietas que te dejen hambriento, sin ejercicios extenuantes y sin sacrificios insoportables. ¡Puedo asegurar que los resultados han sido asombrosos!
Ya son cuatro años desde que decidí cambiar mis hábitos de vida para alejar la posibilidad de sufrir una serie de enfermedades y condiciones relacionadas con la mala alimentación, el sueño de mala calidad y una vida llena de estrés y ansiedad. Al fin y al cabo, estoy cerca de cumplir 50 años y no estaba seguro de que hubiera tomado las decisiones correctas respecto a mi salud y bienestar a tiempo. Pero como mencioné al principio de este texto, me sorprende gratamente que he vuelto a usar la misma talla de pantalón que usaba a los 20 años. Mi peso se ha estabilizado en los 74 kg y, lo mejor de todo, la “panza cervecera” ha desaparecido.
Probablemente estés aquí porque te enfrentas a las mismas preocupaciones y dificultades que yo tuve hace algunos años. ¡Estás en el lugar correcto! Estoy comprometido a compartir contigo todo lo que he aprendido en estos últimos años que me ayudó a mejorar mi apariencia física y mi salud sin caer en ese círculo vicioso de subir y bajar de peso. Espero que mi experiencia te motive y te ayude a hacer los cambios que necesitas en tu vida para sentirte mejor contigo mismo.
Hasta la próxima,
Juan - 50yFit