El poder oculto de tu holobioma: la clave esencial para una vida más saludable
Es fascinante y un tanto sorprendente saber que una gran proporción de las células que componen nuestro cuerpo no son humanas.
Hola, gracias por tu tiempo y bienvenido nuevamente a nuestra conversación. Hoy quiero abordar un tema que, aunque a primera vista puede parecer poco atractivo o incluso repulsivo para algunos, es fundamental para nuestra salud y bienestar. Me refiero a nuestra relación con una multitud de microorganismos que conviven con nosotros.
El poder oculto de tu holobioma: la clave esencial para una vida más saludable
Estos microorganismos benéficos, que habitan nuestro cuerpo, son nuestros aliados silenciosos, especialmente en estos tiempos en que la pandemia del COVID-19 nos ha hecho testigos de comportamientos absurdos y poco prácticos, como la obsesión por la limpieza extrema. Conocí a algunas personas que lavaban y desinfectaban sus compras. A pesar de nuestros esfuerzos por eliminarlos con productos químicos, menos mal no lo lograremos. Estos microorganismos son esenciales para nosotros.
¡No estás solo en tu propio cuerpo!
Es fascinante y un tanto sorprendente saber que una gran proporción de las células que componen nuestro cuerpo no son humanas. Se estima que el cuerpo humano alberga 30 trillones de células propias y 39 trillones de células adicionales que pertenecen a diversas formas de vida microscópica (bacterias, virus, hongos, protozoos), que conviven con nosotros en una relación de simbiosis, beneficiándose mutuamente en diferentes partes de nuestro cuerpo: sistema digestivo, piel, órganos reproductivos, pulmones, boca, nariz y la constante nube de microorganismos que nos rodea. A esta comunidad de microbios se la conoce colectivamente como microbioma o microbiota, aunque los científicos prefieren ahora el término "holobioma".
Imagina que unos dos kilogramos de microorganismos viven en tu cuerpo y en el aire que te rodea. ¿Te has preguntado por qué estos microbios están tan estrechamente asociados contigo? Tu holobioma juega un papel crucial en tus sistemas inmunológico, nervioso y hormonal.
El holobioma de cada estructura del cuerpo está compuesto por diferentes y únicas especies de microorganismos. Al momento de escribir este correo, se han identificado alrededor de diez mil especies de microorganismos en el holobioma. Cada parte de tu cuerpo tiene su propia comunidad microbiana, por ejemplo, la microbiota del intestino es diferente a la de la boca.
Uno de los dos trabajos principales del holobioma intestinal es ayudarnos a digerir los alimentos que consumimos. El otro es actuar como centinela del sistema inmunológico del huésped.
Debido a la gran cantidad de material genético que posee el holobioma, algunos científicos consideran que hemos "tercerizado" gran parte de nuestra vigilancia inmunológica, casi como si pusiéramos nuestro material genético en la nube.
Estos microbios cumplen numerosas funciones, desde protegernos contra los patógenos y regular nuestras respuestas inmunitarias, hasta digerir alimentos y sintetizar nutrientes. Por lo tanto, cuando un microbioma se desequilibra —a través de una dieta inadecuada, falta de sueño, enfermedades infecciosas, medicamentos o factores ambientales— puede desencadenar una serie de problemas de salud. Se ha vinculado a los microbiomas desequilibrados con el cáncer, enfermedades del corazón y pulmón, enfermedades digestivas e incluso enfermedades mentales.
Un regalo materno invaluable
Tu colección inicial de microorganismos la heredaste de tu madre. Al nacer, fuiste inoculado con su conjunto de microbios, formando así tu primer holobioma. Si naciste por cesárea, no adquirirás el holobioma de tu madre de inmediato, y tendrán que pasar al menos seis meses para que se forme el tuyo, lo cual podría tener ciertas implicaciones en tu desarrollo, como la aparición de autismo en ciertos casos.
El holobioma se transmite y se comparte entre todos los miembros de tu familia y con todas las personas con las que estás en contacto con frecuencia, incluso con tus mascotas. Tú y tus microbios coexisten en una relación de simbiosis mutua. Tu existencia depende de ellos y su existencia depende de ti. Tus amigos intestinales están comprometidos con el cuidado y mantenimiento de su hogar. Incluso comunican su felicidad produciendo ciertas hormonas como la serotonina, por lo que podríamos decir que tu holobioma es responsable incluso de tu felicidad.
Tu segundo cerebro está en tu sistema digestivo
Los microbios regulan el eje intestino-cerebro, una autopista de comunicación que conecta el cerebro con el sistema nervioso entérico, que controla los intestinos. Actualmente, la medicina está centrando su atención en los microbiomas para tratar diversas enfermedades. Por ejemplo, los trasplantes fecales que contienen microbiota saludable a veces se utilizan para tratar infecciones bacterianas graves en el colon como la diarrea crónica causada por la bacteria Clostridium difficile.
El nervio vago, que transporta fibras nerviosas, es el nervio más grande que va del cerebro al intestino. Este nervio envía señales a los diversos órganos de tu cuerpo. Recientemente, estudios han demostrado que las lectinas —el gluten es una de ellas— llegan al cerebro no solo a través de la sangre sino, sorprendentemente, también trepando por el nervio vago desde el intestino hasta el cerebro. Se cree que las lectinas pueden ser las causantes de ciertas condiciones neurodegenerativas, como el Alzheimer, también llamada diabetes tipo 3.
Hay más neuronas en el intestino que en toda la médula espinal. Literalmente, tienes un segundo cerebro dentro de tu intestino, y ese cerebro está controlado por tu holobioma.
Ahora que tienes esta información, tienes una razón más para ser cuidadoso y responsable con los alimentos que consumes y con la adquisición de una serie de buenos hábitos que te ayudarán a mejorar tu calidad de vida.
Las investigaciones sobre la relación que existe entre el holobioma y nosotros, sus huéspedes, aún están en etapas tempranas. Sin embargo, ya están ayudando a entender cuán importante es la presencia de nuestros minúsculos amigos para nuestra salud física y mental. Estudios realizados en ratones y en peces cebra, han demostrado que el holobioma puede influir en el comportamiento del anfitrión, como la propensión a ser más o menos temeroso, y sus habilidades sociales y desarrollo del cerebro.
Conocer todo esto nos lleva a entender que la salud no solo se trata de hacer ejercicio y comer bien, sino también de mantener un equilibrio con los millones de microorganismos que viven en nuestro cuerpo. Por eso, es importante que consideremos nuestra dieta y estilo de vida desde una perspectiva más amplia.
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Juan - 50yFit
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